Serpiente ataca a niña 2 veces en capital cubana
LA HABANA.- Inicialmente la cubana Sahilyn Tillán pensó que las marquitas con sangre en el pie de su bebé eran producto de una mala pisada, dos días después descubrió aterrada la verdad: la niña había sido mordido por un majá, un reptil típico de Cuba
La menor de seis meses de edad y sus padres viven en pleno centro de la capital, indicó un reporte del periódico Juventud Rebelde al informar además que la infante goza de buena salud pues el animal no tiene ponzoña.
A comienzo de mayo Tillán y su esposo Amir González encontraron cinco puntos con sangre en la planta del pie de la menor, dos días después la mujer escuchó a las dos de la madrugada llorar a la bebé, aunque la niña se durmió inmediatamente. Su madre descubrió otra vez las marcas esta vez en la rodilla.
"De pronto vi que algo bajó de la cuna por la esquina pegada al escaparate (ropero), pero no supe qué era", indicó Tillán.
Su esposo imaginó que se trataba de una araña grande y desarmó la cuna completa sin encontrar nada. Con una linterna se le ocurrió buscar detrás del escaparate.
"Pensé que era difícil en la oscuridad encontrar a una araña y de súbito veo dos ojitos que reflejaban la luz de mi linterna, frente a mí. Era un majá, estaba encima de un palo, enroscado, y con la cabeza apoyada en su propio cuerpo", explicó González, quien mostró la cabeza (congelada) del animal en una foto tomada por el rotativo.
Los padres de la niñita mataron a la serpiente de un metro de largo con un machete y llevaron a la pequeña al hospital cercano que determinó que no corría peligro.
El reptil fue identificado como un "majá de Santa María", (Epicrates angulifer) una boa endémica de Cuba de costumbres cazadoras que puede alcanzar hasta los seis metros. Tiene una cabeza redonda y un cuerpo largo y grueso, de color marrón con algunas manchas.
"Dicen que estos animales acostumbran a visitar un lugar y repiten sus visitas", comentó Tillán.
La mujer reportó que increíblemente en fechas recientes se vieron cinco casos de apariciones de majás en casas del vecindario, una barrio céntrico plagado de edificios y sin muchos espacios verdes.
"La leyenda popular cuenta que esta serpiente toma leche materna y también dicen que siente predilección por ese olor y ese sabor. No sabemos qué rastro, marca, excremento o líquido dejan, ni tampoco si hay algún repelente para impedir que se acerquen de nuevo a la cuna de nuestra pequeña", manifestó preocupada la madre de la niña.
Fuente: Nuevo Herald
cc. Pedro Rivas Roth