domingo, 10 de enero de 2016

LA DANZA NUPCIAL MÁS ANTIGUA

DESCUBREN EN ESTADOS UNIDOS RESTOS QUE ARROJAN LUZ SOBRE EL RITUAL DE CORTEJO DE LOS DINOSAURIOS, MUY SIMILAR AL DE LAS AVES ACTUALES
Cuando pensamos en un dinosaurio, solemos traer a la memoria imágenes de gigantescas fieras bramando y enseñando los colmillos, de depredadores veloces con restos frescos de sus presas entre las fauces o de enormes moles de cuatro patas aplastando la vegetación a su paso.

Pero rara vez, más bien nunca, se nos ocurre pensar en ellos mientras se hacen carantoñas, danzan coquetamente o se exhiben seductores para atraer a su pareja. Pero los dinosaurios, como cualquier especie animal que se reproduce sexualmente, debieron de tener sus propios rituales de cortejo, su protocolo «romántico» antes del apareamiento y sus gustos seductores propios. ¿Cómo eran aquellos juegos prenupciales?

Una nueva investigación parece demostrar que aquellos rituales se parecían a los de los actuales pájaros, por mucho que unos y otros animales se nos antojen completamente opuestos. ¿Grandes reptiles salvajes jugueteando como gorrioncillos? Algo así siguiere el registro fósil depositado hace más de 100 millones de años en rocas de Colorado (Estados Unidos)

El profesor de Geología de la Universidad de Colorado en Denver, Martin Lockley, cree haber encontrado la clave en las erosiones halladas en las areniscas de Dakota. Cree que estas huellas, que sugieren un trabajo de excavación o acumulación de restos, podrían significar que los dinosaurios practicaban un ritual de apareamiento similar al de algunas aves actuales consistente en que los machos exhiben su capacidad para la crianza fabricando falsos nidos para sus potenciales parejas. De ser así, nos encontraríamos ante las primeras evidencias encontradas de cómo era el comportamiento de estos animales antes de aparearse y quizás la primera fotografía de la historia de un ceremonial de cortejo.

Los investigadores han encontrado en la zona más de 50 erosiones en la roca (algunas de ellas del tamaño de una bañera) que se hallan en un área donde se han acumulado restos de dinosaurios carnívoros y hervíboros. Desde tiempos inmemoriales, los machos en edad de apareamiento han buscado todo tipo de estrategias para expulsar a los competidores más débiles y exhibir su capacidad reproductiva ante las hembras. Ellas, por su parte, han ideado una suerte de sistemas de detección para determinar cuál es el macho más competente para traspasar sus genes a la prole.

COMPORTAMIENTOS SIMILARES

Muchos comportamientos selectivos son similares en mamíferos y en aves. Y, sabiendo que las aves no son otra cosa que las herederas evolutivas de los grandes saurios extintos, era de suponer que aquéllos también tendrían comportamientos parecidos. Pero hasta ahora no se había encontrado ninguna prueba concluyente al respecto que confirmara esta tesis.

Estas muescas en la roca son la primera señal física de que los dinos también «jugaban» antes de aparearse. Pero no son fáciles de estudiar. El tamaño de algunas de las rocas es tan grande que sería imposible extraer el resto fósil sin dañarlo. Así que los científicos tuvieron que realizar modelos en 3D de las huellas mediante fotogrametría (una técnica que permite estudiar las propiedades geométricas de objetos a partir de fotografías).

Los modelos obtenidos encajan perfectamente en la definición sugerida. Son coherentes con algún tipo de intervención en el terreno similar al de la confección de un nido. Pero no son nidos que hayan sido utilizados para la crianza. Podrían ser simulaciones: tareas virtuales realizadas en caliente quizás con la intención de impresionar a una hembra. Al fin y al cabo la «seducción» es un invento muy antiguo. Tanto como el sexo.

Jorge Alcalde * La Razón de España





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