Caucau fue encontrado en el sur, un 10 de agosto de 1948. Su historia parece mágica y ha sido inspiración para libros y cuentos. Pero su historia dista bastante de un mundo de fantasía.
Hace exactamente 76 años, vecinos del sector "Río Pescado" (comuna de Puerto Varas) fueron a hacer denuncias al retén de Carabineros del lugar. Las denuncias eran extrañas.
Denunciaban que
"algo" estaba saqueando los gallineros y despensas. Sólo desaparecía
alimento, nada de mayor valor. Incluso muchos pensaron que se trataba de un
puma o algún animal. Los vecinos señalaban que algo "correteaba a los
animales y les robaba los huevos".
Se encontraba cubierto vellos.
Su postura al caminar era en cuatro patas, similar a un perro.
En aquella época, y tras su
descubrimiento, fue declarado como el tercer caso de niño lobo del mundo.
Aunque, realmente se trataba del tercer caso del siglo XX.
Hay distintas versiones: algunos señalan que cuando se escapaba jugaba con perros salvajes del campo. Otros, que se trataba de pumas pequeños y zorros, comunes en los bosques de esa zona.
Vicente tenía, en ese
entonces, sólo 10 años. Cuando lo capturaron, el pequeño rasguñó y mordió al
Carabinero que lo atrapó. El niño lobo estuvo encerrado seis días en el retén.
Luego fue trasladado a la comisaría de Puerto Varas, donde lo mantuvieron tras
las rejas. Muchas personas acudían a verlo, como si se tratara de una atracción
de circo.
Los diarios de la época comentaban de Cau Cau
¿Y la familia de Cau Cau? - No se supo de ella hasta mucho después. Un periodista de la época dio con su papá. Vivía en la zona de Las Cascadas, que en aquellos tiempos no era muy accesible. El padre del niño se llamaba Antolín Caucau.
La familia, como la mayoría de
los trabajadores agrícolas de la época, vivía en una ranchita humilde. Tablas
de madera, piso de tierra, baño "de hoyo" al exterior, pese al frío
que hay en el sur.
Los padres del niño no vivían
juntos cuando fueron contactados tras el caso. Pero la historia era un tanto
dramática. Su madre se había ido por problemas de alcoholismo, con otra pareja.
Antolín, también estaba con otra persona y tenían una hija pequeña.
Otro de sus hijos, hermano de padre y madre de Vicente, vivía también con Antolín, su madrastra y su hermana pequeña.
Según un relato del padre de Vicente, a la prensa regional de aquellos años, el niño en verdad se llamaba José Mercedes Caucau Barría. Como Vicente fue rebautizado después, cuando lo encontraron.
"Yo estaba en poder de los señores Hofmann cuando se extravió José, en junio del '48 (a Caucau lo encontraron el 10 de agosto de ese año). Lo buscamos por todas partes, pensando que andaría por ahí no más. Le busqué por el lado de Octay, desesperado".
Puede sonar curioso el "yo estaba en poder de", pero en aquella época, era común que los trabajadores agrícolas trabajaran durante generaciones para la misma familia, pese a contar con contratos y el papeleo oficial.
Lo crudo, es que cuando le preguntaron que pensaba de su hijo, el padre respondió: "Yo no pensaba na'. Creímos que se había perdido no más. Que podría estar muerto en el bosque o que se lo habían comido los animales". En la zona, rondaban muchos pumas en esa época, que se comían a terneros y ovejas.
Se escapaba constantemente - Antolín, el padre del niño lobo contó, en aquella época, que la vida del campo era cruda y que no lo había pasado muy bien. No era la primera vez que su hijo se escapaba, lo había hecho constantemente, por menores periodos de tiempo. El niño se iba al bosque a jugar con animales. No hablaba, gruñía, y solo un hermano de él lograba comunicarse por señas.
"Es un poco enfermito de la cabeza y le daba por arrancarse. Cuando nació vino con la cabecita como una masa y la matrona, la partera vecina que vive a unos kilómetros de nosotros, le arregló la cabecita", relató el padre.
El reportero en ese entonces le preguntó sobre las causas de las salidas, a lo que Antolín Caucau respondió: "No sé, señor. Él en la revista (VEA) dice que la mamá le pegaba. Cuando su madre se fue, él vivió con su abuelita y parece que ésta le pegaba. Él dice en VEA que (la abuela) era gorda y a "pata pelá". Así era su abuelita. Aquí no hemos sido muy felices, señor".
Pero José, rebautizado como Vicente, tendría una segunda oportunidad. Después de haber sido "capturado", Caucau fue enviado a Puerto Varas y de ahí al hospicio de Santiago, ya que pensaban que sufría de oligofrenia. En realidad se trataba de un fórceps mal hecho en el parto. Esto fue lo que le produjo un grado de retraso mental.
Según registros de la época,
en la ciudad lacustre estuvo al cuidado de un doctor de apellido Bize y luego
fue enviado, por orden del gobernador de esa época, al hospicio de Santiago.
Allá se le bautiza como Vicente Enrique de la Purísima.
Su caso es estudiado a nivel mundial y hasta nuestros días se pueden encontrar artículos médicos sobre Caucau (algunos de ellos están en inglés y pueden ser revisados en internet).
Una nueva familia
Según cuentan distintos relatos, Caucau terminó criado por Berta Riquelme, profesora de lenguaje de Villa Alemana. Ella le enseñó a hablar, leer y escribir, lo adoptó y crió. Caucau le agradeció ese cariño con lo único valioso que podía ofrecer, llamarla mamá.
En muchas fotos de reportajes de la época se nota felicidad en su rostro. Una curiosidad: en 1954, Caucau fue invitado al Congreso.
Los relatos cuentan que Vicente llegaba al hospital por comer comida caliente, ya que su estómago no estaba acostumbrado. Y que el vello que cubría su cuerpo se fue cayendo con los años. Un sobrino de doña Berta escribió un libro llamado "Crónicas del niño lobo".
La familia de doña Berta tenía una casa de veraneo en Horcón, una caleta pesquera ubicada en la Quinta Región a 51 kilómetros de Valparaíso. En el sector, hay incluso una playa llamada Cauca Imagen: CauCau con su "mama Berta"
Recordado por su rara historia
Cuando lo encontraron, fue
tratado como una rareza por la gente en general, y por la prensa nacional. Fue
incluso portada de revista Vea, entre otras. Hoy existen incluso animaciones
que cuentan su historia.
Pero más allá de la ficción, Vicente Caucau existió y su historia aún es recordada por adultos muy mayores de la zona. De hecho, en décadas posteriores se escribieron varias notas como ésta e incluso libros de cuentos infantiles.
El niño-lobo creció, aprendió a hablar y se insertó en el mundo civilizado. Desarrolló su vida, con algunas entrevistas a lo largo de los años, recordando esta historia.Finalmente, murió en octubre del año 2010, a los 74 años de edad.
https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2018/08/10/nino-lobo-chileno.html