UN BASILISCO MEDIEVAL
Renwich es un
pequeño pueblo del norte de Inglaterra cuya iglesia guarda en su interior uno
de los relatos más sorprendentes. Se trata de unos documentos fechados en el
siglo XVIII, que describen un insólito suceso ocurrido en el citado templo
mientras se efectuaba una restauración del mismo, inesperadamente una criatura
alada surgió de los cimientos.
Sucedió en 1733,
cuando unos trabajadores levantaron el piso de una iglesia y se encontraron con
algo que los marcó de tal manera que dejaron una crónica escrita sobre los
hechos, crónica que ha llegado hasta nuestros días. Un terrible monstruo alado
surgió de entre los cimientos en actitud defensiva, aparentemente al ser
despertado de su largo letargo. El animal fue descrito por los trabajadores de
una forma que hoy coincide con otras descripciones que se atribuyen al mítico
basilisco. El basilisco, cuya palabra proviene de la acepción griega basilikos
(reyezuelo), era un ser alado mitad gallo mitad reptil, con alas muy parecidas
a las de un murciélago de una coloración amarilla y negra, o mimetizada con
tonos marrones.
El monstruo, además
de atemorizar a los trabajadores, hizo lo mismo con la población, que corrió
desesperada buscando refugio donde resguardarse de la furia del animal, que
sobrevolaba el pueblo en círculos emitiendo unos temibles sonidos parecidos a
los graznidos de un cuervo. En pocos minutos, uno de los trabajadores, John
Tallantire, se armó de valor y con una vara de serbal, árbol que se creía
poseía propiedades mágicas, se enzarzó en una feroz lucha con el monstruoso
engendro en el patio de la iglesia, hasta que al final, tras una ardua batalla
en la que casi pierde la vida, logró acabar con el presunto basilisco para
siempre. En las crónicas recogidas en la iglesia se cuenta que este hombre fue
recompensado por el agradecido pueblo, quien le dio control absoluto de su
cabaña y lo eximieron de pagar las cuotas parroquiales de por vida. Toda una
muestra de agradecimiento y generosidad para la época.
Para las gentes del
medievo el basilisco era un claro símbolo de muerte que podía convertir a
cualquier humano en piedra con solo mirarlo. Por esta razón, muchos pensaban
que el único modo de acabar con la bestia era haciendo que la misma se observara
en el reflejo de un espejo.
Los basiliscos
aparecen con frecuencia representados en la arquitectura religiosa, en libros y
grabados antiguos, mostrando su peculiar aspecto y en ocasiones naturaleza.
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