viernes, 20 de abril de 2007



¿Regresa el chupacabras?
IV Región
Según el investigador chileno Iván Voreved del IIEE, quien ha realizado un intenso trabajo de recopilación e investigación en estos últimos dos meses, respecto a nuevas muertes de animales y aves de corral en la IV región, el enigma del IEA o chupacabras como se conoce vulgarmente, continúa en ciertos sectores de esta zona.
No con la continuidad ni visión mediática de años anteriores, ya que los medios de comunicación masivos al parecer han perdido interés en el tema, en cambio todo esto lo hace más interesante, y se puede investigar con mucha más tranquilidad e intromisiones pantalleras. En consecuencia, los testigos y afectados se sienten menos presionados y se logran advertir algunos detalles que podrían con el tiempo resultar positivos para dilucidar este fenómeno ya casi sociológico en muchas partes del mundo.

Según Voreved los días 6, 7 y 8 de Abril (2007) ocurrieron una serie de hechos anómalos y avistamientos de un ser extraño, en el sector de Pan de Azúcar, localidad situada camino a Ovalle. Las descripciones que entrega uno de los testigos de iniciales J.C. y de su trabajador agrícola A.R., cuando este último a las ocho de la mañana del día 7 de Abril descubrió que en el corral situado en el costado de la propiedad de su patrón, se encontraron 29 aves muertas y solo un gallo se mantenía agónico. Las aves mostraban un aplastamiento extraño, y una de ellas en especial mostraba un agujero en su dorso el cual le llegaba hasta las vísceras, su aspecto era de estar totalmente desangrada y todos los cuerpos permanecían en un relativo orden. Los propietarios de la casa y los vecinos no se explicaban este suceso.

Otro hecho extraño, ocurrió cerca de ese lugar. En un camino de tierra, otros testigos aquella noche vieron lo que al principio creían era una bolsa negra de basura que venía cayendo de un techo de una casa, notaron que al caer al suelo era como una mancha oscura, a medidas que iban avanzando esta mancha se movió, dio varios brincos y cogió vuelo ante la extrañeza de los testigos que permanecieron asombrados ante este extraño suceso. Según las consultas de nuestro colaborador, el extraño ser volador medía aproximadamente 1,50 cms. y su vuelo era rápido y desapareció a una velocidad apreciable.

Las impresiones recogidas en terreno, demostraron que el testigo de iniciales J.C. es totalmente escéptico a este tipo de fenómenos, pero reconoce su extrañeza ante estos hechos y no le encuentra explicación racional alguna. Los otros testigos quedaron conmocionados por lo observado aquella noche (la supuesta bolsa negra) y fueron otras personas los días siguientes que le mencionaron la situación de sucesos similares en el vecindario, generalmente atribuidos al Chupacabras, ya que años atrás este lugar también estuvo relacionado con esta casuística. (Fuente: IIEE - Iván Voreved)

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