lunes, 9 de mayo de 2011

¿AVE GIGANTE O MAQUINA VOLADORA?

DESDE LA CORDILLERA DE NAHUELBUTA

TESTIMONIO

Iván Demetrio Cid Sanhueza de 34 años de edad, soltero, con estudios medios completos, ejerciendo de Cabo 1º de Gendarmería de Chile… con domicilio en la ciudad de Angol, IX Región, nos expresa la siguiente experiencia vivida por él y sus sobrinos. Respetamos íntegramente su relato, el cual reproducimos textualmente, incluyendo un dibujo basado en las explicaciones de los testigos.


“En la primera semana del mes de Enero de 2008, como todos los años, fui acampar al lugar denominado “El Manzano”, a 22kilómetros al oeste de Angol, en la Cordillera de Nahuelbuta, acompañado de mis sobrinos Cristofer Morales Ruiz, Braulio Chandía Cid y Lorena Baeza Cid, todos coincidentes de 21 años, domiciliados en Angol.


En el segundo día que estábamos allí, acampando al lado de la parroquia que hay ahí, en la tarde fuimos a un negocio de abarrotes que existe como a ocho cuadras. Después de efectuar las compra, regresamos por el mismo camino. Eran alrededor de las siete de la tarde con cielo despejado y aún con sol.


En un momento con sorpresa pudimos ver que en el cielo, a nuestra derecha, como a tres cuadras de distancia, se estaba desplazando algo extraño, pero que tenía forma de pájaro gigante. Llegaba dirección al Noreste. Desde tierra la vimos como de 40 a 50 cms de largo. Era de color amarillo. No le vimos cabeza ni pico, propiamente tal, sino algo muy aguzado y delgado. El cuerpo también era alargado, y no le distinguimos patas. Hacia atrás, su cola también era delgada y recta absolutamente, sin ningún movimiento. Donde quedamos confundidos fue al ver sus alas. Solo batía los extremos en forma acompasada y el resto estaba quieto, pegado al cuerpo. No era normal, por supuesto. Ningún ave vuela así. No podría volar.


Esa “ave” o “aparato” se desplazó plácidamente y armoniosamente de Sureste o Noreste. Iba a una velocidad rápida. A cada batida de sus alas, avanzaba más rápido aún. Eso fue notorio. Sus alas eran flexibles, igual que una garza o un guairao. Su vuelo era silencioso. No le acompañaba ninguna otra ave familiar.


Estimo que lo tuvimos a la vista unos 3 o 4 minutos, no más, ya que lo perdimos de vista cuando siguiendo su rumbo pasó sobre las cumbres de los cerros de la Cordillera de Nahuelbuta.


No podría definir si era un ave gigante o una máquina.

Si se le compara con un cóndor, sería imposible. Esta ave carroñera tiene 3 metros de envergadura y lo que he descrito a lo menos le calculé era unas 10 veces mayor o acaso más. Es una de las experiencias fuertes que he tenido en mi vida”

Aportación de Raúl Gajardo Leopold

No hay comentarios: