MUERTE DE 343 BALLENAS EN EL SUR DE CHILE
HABRÍA SIDO POR LA MAREA ROJA
Impacto causó entre la
comunidad científica local e internacional, comunidades y autoridades la
sorpresiva revelación de una masiva muerte de ballenas en las costas del sur de
Chile durante el año 2015, y que partió cuando en abril un equipo
expedicionario reportó cerca de una veintena de ballenas Sei (Balaenoptera
borealis) varadas en las inmediaciones costeras del Golfo de Penas y Golfo Tres
Montes.
Prospecciones posteriores
terminaron por confirmar la muerte de 367 ballenas, por lo que un equipo de
científicos se abocó a la tarea de determinar la o las causas de la muerte
masiva de tales cetáceos, hipotetizándose preliminarmente que sería producto de
la marea roja de la que se deriva una biotoxina que podía haber contaminado la
cadena alimenticia provocándoles la muerte; luego, las corrientes eventualmente
podrían haberlas arrastrado hacia la orilla.
Luego, el 6 de enero de este
año un trabajo llevado adelante por 12 investigadores titulado Largest baleen whale mass mortality during
strong El Niño event is likely related to harmful toxic algal bloom analizó
una serie de posibles causas de la muerte masiva de ballenas determinando que
la marea roja podría ser la razón más probable. El estudio, que se venía
preparando ya desde 2015, generó controversia con otros expertos en ballenas
por el secretismo con el que eventualmente se realizó sin mantener comunicación
con el resto de la comunidad científica, varios de ellos expertos en
conservación reconocidos mundialmente que habrían sido dejados de lado.
En el texto al que accedió La
Opinión de Chiloé, los investigadores aseguran que “aunque en la mayoría de los
casos la razón de las muertes no ha sido identificada de manera concluyente,
algunos eventos de mortalidad de cetáceos se han vinculado a condiciones
bio-oceanográficas, como la proliferación de algas nocivas. (…) En marzo de
2015, se reportó una de las mayores mortalidades masivas de ballenas barbadas
en un golfo en el sur de Chile. Aquí mostramos que la muerte sincronizada de al
menos 343 ballenas, principalmente Sei, se puede atribuir a blooms de algas
nocivas“.
La investigación asevera que
“la presencia de toxina paralizante de los mariscos (TPM) en mitílidos de la
zona y en las carcasas de ballenas así como la ausencia de evidencia de otras
causas de muerte deja a la intoxicación por veneno paralizante de los mariscos
(VPM) como la causa más probable de muerte. Aunque también se detectó toxina
amnésica de los mariscos (TAM) en una de las muestras de contenido estomacal,
no se cree que sea la causa del evento de mortalidad masiva ya que no fue
detectada por las estaciones de control de toxinas”.
El resultado anterior viene a
corroborar lo que el Ministerio Público de Puerto Aysén había confirmado con
las primeras 30 ballenas encontradas muertas: fue producto de una intoxicación
con biotoxinas (marea roja) presente en
el plancton de la zona en agosto de 2015.
Los antecedentes anteriores
son de enorme importancia para la zona chilota, especialmente por la amplia
presencia de marea roja que tuvo lugar el 2016 y su eventual reaparición este
2017: la costa noroeste de Chiloé es el lugar de mayor concentración de
ballenas azules en el hemisferio sur, desconociéndose si la proliferación de
algas nocivas ha tenido algún efecto en esta especie.
Fotografías: Häussermann V,
Gutstein CS, Beddington M, Cassis D, Olavarria C, Dale AC, Valenzuela-Toro AM,
Perez-Alvarez M, Sepúlveda HH, McConnell KM, Horwitz FE, Försterra G. (2017)
Fuente: La Opinión de Chiloé
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