DECEPCIÓN COLOMBINA... "NO SON TAN HERMOSAS"
Cristóbal Colón es uno de los personajes históricos más
conocidos en todo el mundo, sin embargo, no es tan famoso el episodio de su
encuentro con las sirenas. El propio explorador nos lo cuenta en su diario de
bitácora.
Colón y las sirenas
Martes 8 de enero de 1493. El día era muy ventoso y
Cristóbal Colón no pudo hacerse a la mar con la Niña. Los marineros estaban
tomando provisiones de agua para el navío en un río. Por no quedarse a solas
con los hermanos Pinzón, Colón tomó una barca y remontó el río. Fue en ese
momento cuando las vio, moviéndose por la superficie del agua. Eran tres
sirenas.
Sin embargo, a diferencia de Odiseo, Colón no quedó
precisamente cautivado por su belleza y su gracia.
En la crónica del primer viaje describió así su reacción:
“…pero
no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de
hombre en la cara.” Es decir, Colón se quedó muy sorprendido de lo feas
y masculinas que eran las sirenas, que nada tenían que ver con las que había
visto en el arte. Cabe preguntarse entonces ¿Qué vio Colón en realidad nadando
en el río?
Los sirénidos
En efecto, lo que vio el almirante Cristóbal Colón no
fueron sirenas sino manatíes o vacas marinas. Estos herbívoros marinos son
criaturas apacibles que pertenecen a la familia de los sirénidos. Este grupo de
animales recibe su nombre de las frecuentes confusiones de los viajeros que los
consideraban sirenas.
En distintas culturas se ha considerado a los manatíes
como a criaturas híbridas entre el ser humano y el pez.
Precisamente en el Amazonas se llamaba a estos mamíferos
“pez-mujer”. En Kenia se las conocía como “reina del mar” y en Egipto como
“hermosa doncella del mar”. Colón no fue el primero ni sería el único en tener
este error.
El mito de las
sirenas
Como en el caso de muchas otras criaturas legendarias, el
mito de las sirenas [parte de un animal real, en este caso de los mamíferos acuáticos.
Los primeros viajeros, que nunca habían visto una criatura similar pronto las
confundieron con las sirenas de las que habían leído y oído hablar.
Las sirenas no fueron el único animal fantástico que está basado en un animal real: el
unicornio tiene su origen ni más ni menos en el rinoceronte y los primeros
exploradores confundieron a los gorilas con tribus primitivas de seres humanos
peludos. Justamente Colón fue uno de los que pensó esto de los gorilas cuando
se topó con ellos en América.
En definitiva, es importante tener en cuenta estas
confusiones a la hora de leer las crónicas de viajes, ya que los exploradores
trataban de describir a los animales que veían de la manera más adecuada
teniendo en cuenta sus limitados conocimientos. Agencias
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