Las imágenes muestran cómo el macaco
alimenta al pequeño perro e incluso le defiende de otros animales
Los animales nunca dejan de
sorprendernos. Cuando creemos que ya lo hemos visto todo, en algún rincón del
planeta aparece una noticia que nos deja boquiabiertos. En esta sección te
contamos en su día las nueve historias de amistad más emotivas del reino
animal, pero el caso que hoy te traemos va mucho más allá de los límites del
compañerismo. Y es que más que de amigos, tendríamos que hablar de familiares:
se trata de un mono que ha decidido adoptar un perro y hacerse cargo de su
crianza.
Los protagonistas de este
curioso relato viven en la pequeña localidad de Rode, al norte de India, cerca
de la frontera con Pakistán. Según nos cuentan en el blog One Green Planet, el
simio encontró al pequeño perro abandonado en las calles y lo acogió como si
fuese su propio hijo. Con el paso de los días, lo que empezó siendo una
divertida anécdota se afianzó como una relación muy seria: estos dos animales
se han hecho sencillamente inseparables.
El 'papá' de esta peculiar
familia es un mono Rhesus, una especie muy frecuente en Afganistán y algunas
zonas de China e India. Se trata de un macaco realmente próximo a los seres
humanos, con los que comparte nada menos que el 93% de su secuencia de ADN.
Precisamente un ejemplar de mono Rhesus llamado Able fue, en 1959, el primer
animal capaz de regresar con vida a la Tierra después de viajar por el espacio,
tras ser enviado por la NASA a bordo de un cohete Jupiter AM-18.
Como puedes observar, este
simio se ha tomado muy en serio su deber como padre adoptivo. Ha asumido la
responsabilidad de cuidar del cachorro, por lo que se preocupa en primer lugar
por su alimentación. Cautivados por su bonita amistad, los ciudadanos de Rode
suelen ofrecerles alimentos que el mono los acepta gustoso, permitiendo siempre
al perro comer antes que él. Una prueba más del estrecho vínculo que los une.
Como progenitor, otra de las
tareas que corresponde al macaco es la de mantener a salvo a su pequeño. Los
perros callejeros de Rode pueden dar fe de que lo hace con uñas y dientes: no
permite que nadie se acerque demasiado al cachorro y no duda en marcar distancias
si alguien se atreve. Ya se le ha visto enfrentándose a otros perros, que no
han tenido más remedio que huir ante la agresividad y el espíritu protector del
mono.
De momento, la relación de la
extraña pareja parece perfecta
No sabemos qué ocurrirá con
esta extraña pareja cuando el perrito crezca y pueda valerse por sí mismo, pero
por el momento podemos estar seguros de que este padre adoptivo se encargará de
que pueda desarrollarse sano y salvo. Una vez más, los animales nos enseñan que
las diferencias no importan tanto como aquello que nos une. ABC
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