DOS LEONES RESCATADOS DE UN CIRCO EN
PERÚ QUE FUERON DECAPITADOS EN UN SANTUARIO DE SUDÁFRICA
Decapitados,
sin patas, cola y piel.
Así fue
como encontraron los cuerpos de José y Liso, dos leones que habían sido rescatados
de un circo en Perú y que fueron trasladados el año pasado a un santuario de
grandes felinos en Sudáfrica.
Ambos eran
parte de un grupo de 33 leones recuperados de circos en Colombia y Perú que
habían viajado al santuario natural de Emoya, una reserva privada de 5.000
hectáreas en la norteña provincia de Limpopo para iniciar una nueva vida.
Según los
autoridades policiales que investigan el caso, a los leones los mataron
probablemente para utilizar sus miembros en rituales.
Muchos
curanderos tradicionales en zonas rurales de Sudáfrica utilizan las partes de
distintos animales (como patas de león o cerebros de buitre) para preparar
pociones supuestamente curativas o mágicas.
Jan
Creamer, directora de Animal Defenders International (ADI, por sus siglas en
inglés), la ONG encargada del traslado de las bestias en 2016, dijo estar
devastada por lo ocurrido.
"José
y Liso sufrieron una vida de abusos terribles, pero su nueva morada en África
les había infundido una nueva vida".
Amigos
inseparables
El camino
hacia la libertad de los inseparables José y Liso comenzó en 2014, cuando ADI
comenzó a implementar junto con las autoridades locales las leyes aprobadas en
Perú y Colombia que prohíben el uso de animales en circos.
De los
cientos de animales rescatados, las especies endémicas -entre las que había
osos, monos y aves- fueron reubicadas en lugares cercanos, mientras que los
leones fueron enviados a su hábitat natural, en lo que constituyó el mayor
traslado de animales del mundo a Sudáfrica.
"Estos
leones han vivido un infierno en la tierra y ahora están camino al
paraíso", dijo en su momento Creamer.
Cuando rescataron a José -amigo inseparable de Liso-, descubrieron que tenía daño cerebral, probablemente por los golpes que le habían dado en la cabeza durante sus años en el circo.
Esto le
impedía calcular las distancias y por esta razón le construyeron un recinto
especial en Emoya.
Recompensa
Según ADI,
que traslada animales rescatados a santuarios desde hace 21 años, esta es la
primera vez que ellos registran un incidente semejante. No
obstante, un hecho similar ocurrió en enero de este año en otra reserva de
animales en Sudáfrica.
En esa
ocasión, los cazadores rompieron las vallas del parque y decapitaron y cortaron
las patas de tres leones macho.
ADI ofreció una recompensa para quienes aporten información sobre el caso de Emoya.
Agencias.
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