Sorpresa ha
causado una ballena jorobada hallada muerta tras varar en la playa que se
extiende entre la hostería y el Faro San Isidro. Se trataba de una hembra que
está siendo tratada por investigadores del Museo de Historia Natural de Río
Seco. Los investigadores concurrieron al sitio del varamiento el pasado martes,
tras enterarse que había una ballena allí flotando. Lamentablemente, cuando la
encontraron ya estaba muerta hacía 24 a 48 horas, por lo que su deceso se
produjo entre el domingo y el lunes anterior.
Con gran esfuerzo fue posible mover el cadáver a la costa, para recuperar el
esqueleto y exhibirlo en el Museo de Historia Natural de Río Seco, en un
espacio que fue inaugurado el año pasado y el que están transformando en un
pabellón de grandes cetáceos. El miércoles nuevamente asistieron al lugar para
iniciar el trabajo de registro de mortalidad del animal: tomaron medidas,
registraron los puntos de GPS y tomaron muestras que determinarán ciertos
parámetros genéticos de ecología atrófica.
El cadáver fue trasladado a la bahía contigua al Faro San Isidro, con la idea
de facilitar la necrosis en un lugar mucho más cerrado, no tan expuesto al
tránsito de la gente, debido que este proceso produce ciertos olores
desagradables, sin olvidar el hecho que este animal puede llegar a pesar más de
20 toneladas.
Los especialistas la hundirán para que la fauna del lugar, los pequeños isópodos que se alimentan por allí, consuman la carne y vayan despejando los huesos para que eso acelere el proceso de limpieza. Gabriela Garrido, investigadora del museo, planteó las hipótesis que se han evaluado: “recién el fin de semana podremos hablar sobre las causas de su muerte, pero hay hipótesis", aclaró.
Así mismo, detalló cuáles son estas teorías: "la principal tiene que ver
con lesiones por tráfico marítimo por embarcaciones, ésas son amenazas comunes
de los animales que mueren así. Pero también hay otros temas expuestos como de
que hay una oferta de alimento en el Estrecho de Magallanes, y de que puede ser
por marea roja. No lo sabemos, pero se especula que puede haber algún grado de
toxicidad que las mata”, concluyó.
Responder la pregunta principal de este tema no es tan simple, pues si bien el
animal presenta lesiones concretas, aún es necesario abrirlo y examinar su
cadáver para saber qué pasó realmente, lo que tomará tiempo, esfuerzo,
logística y también, dinero.
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