lunes, 21 de octubre de 2013

UN REPORTAJE PARA LA HISTORIA DEL MUNDO INSOLITO

UN AVE GIGANTE EN 1868

Chile es conocido mundialmente por un reportaje que no hay enciclopedia de lo oculto o referencia de investigadores que no lo mencionen. Aunque este caso ya lo hemos aludido en este Bestiario con fecha 27 de Julio de 2007 lo reeditamos con la noticia completa, dados los acontecimientos últimos que han ocurrido en los cielos de Santiago, donde testimonios fiables nos mencionan un "humanoide volador" que al parecer radica en nuestra capital.

El día 18 de Marzo del año 1868, el periódico “EL CONSTITUYENTE” de Copiapó encabezaba en sus columnas con este titular: “ESTE ES UN CUENTO” y daba acuse de recibo de una carta procedente de la mina “Fantasma”, fechada el día 16 del mes enunciado.

“Ayer a eso de las cinco de la tarde, al tiempo que habían concluido los quehaceres del día en esta mina, y estando todos los operarios reunidos esperando su cena, vimos venir por los aires, al lado de “La Ternera”, un ave gigantesca que a primera vista tomamos por una de las nubes que en ese momento entoldaban en parte la atmosfera, suponiéndola desprendidas de sus compañeras por una ráfaga casual de viento... A medida que el objeto en cuestión se acercaba infundiéndonos una justa sorpresa, pudimos notar que era un volátil desconocido, el “rock de las mil y una noche”, tal vez, o quizás un Leviatham de los desiertos ¿De dónde venía? ¿A dónde iba? Su dirección era de noreste a suroeste; su vuelo rápido y en línea recta.

Cuando pasó a corta distancia sobre nuestras cabezas pudimos notar la rara estructura de su cuerpo. Sus grandes alas estaban vestidas de plumas parduscas; la cabeza del monstruo parecía a la de una langosta y con ojos tamañamente abiertos y brillantes como ascuas, se veía cubierta de algo parecido a un grueso y espeso vello, como cerda; mientras que el cuerpo, prolongándose cual el de la serpiente, solo dejaba ver escamas brillantes, que sonaban como partículas metálicas cuando el raro animal se replegaba sobre sí mismo.

La sorpresa se cambio en susto entre los trabajadores, a presencia de un fenómeno tan extraño. Toda la ciencia ornitológica de los buenos mineros se agoto inútilmente buscando el nombre y las cualidades de un pájaro descomunal que acaba de pasar, felizmente sin dejar huella. Algunos aseguran haber percibido un detestable olor en esos momentos, un olor parecido al del arsénico cuando se quema. Otros afirman que su olfato no ha sido herido de desacostumbrado modo. Los supersticiosos entienden que es el diablo mismo el que han visto pasar, a la vez que otros recuerdan haber sido testigos, en esa ciudad, hace años, del paso de un ave monstruo semejante.

Como el caso es en extremo curioso,, hemos creído deber participárselos, ahorrándonos sobre los comentario inútiles, pues a la verdad no podemos explicarnos satisfactoriamente lo que hemos visto por primera y quizás última vez en nuestra vida. ¿Será por ventura que ene l desierto o en las cordilleras, la naturaleza se complace en dar vida y guardar por largos años en la soledad esas creaciones deformes, que emprenden el vuelo a través del espacio cuando sus fuerzas lo permiten, sin más objeto que el de transportarse a otras regiones donde las asalta la muerte y el suelo guarda sus esqueletos, para confusión de los sabios, que al encontrarlos creen hallar restos anti diluvianos?”

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Queda expuesto para los criptozoologos recién llegados a estos enigmas.

¿Fue una broma, lo publicado en el año 1868? Todo indica que el escribiente de la nota no es un minero, parece una persona letrada, que describe detalles importantes del suceso y aporta también lo que pensaba la población en la época. Quedó la interrogante hasta el día de hoy.


Fuentes:

Archivos de Luis Altamirano
Archivos del IIEE de Chile
Libro: Ovnis, extraterrestres y otros en Chile"
Autor: JOrge Eduardo Anfruns



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