'SÍNDROME
DEL HOMBRE LOBO' O HIPERTRICOSIS.
El apoyo ciudadano ha conseguido que la familia de la
menor pueda costear el complejo tratamiento que pondría fin a parte de su
problema
La familia de Bithi acudió a curanderos y a religiosos
para eliminar el manto de pelo que cubre el cuerpo de su niña, pero fue en un
hospital de Bangladesh donde vislumbró la posibilidad de curar lo que parece un
probable caso del 'síndrome del hombre lobo'.
Bithi, de 12 años, ya nació con mucho pelo, pero éste
siguió extendiéndose por cara y cuerpo. El año pasado se sumó un nuevo problema
cuando le aumentaron de manera desproporcionada los pechos. Su vida se fue
haciendo cada vez más difícil. Hoy sonríe porque sus padres pidieron un
préstamo para trasladarla a Dacca, donde no sólo ha encontrado un equipo de
doctores que sabe cómo combatir su atípica enfermedad, sino también la ayuda
solidaria que necesita para hacer frente al costoso tratamiento.
«El futuro sólo puede ser mejor. Quiero volver a
estudiar y tener una vida normal», aseguró a Efe la niña en una habitación del
Hospital Universitario Bangabandhu Sheikh Mujib de Dacca en el que se encuentra
ingresada. A Bithi le cuesta pronunciar las palabras. La timidez y unas enormes
encías superiores que cubren completamente sus dientes lo dificultan, aunque
está contenta porque su cara empieza a perder el vello gracias a una primera
sesión de láser.
La joven lleva semanas sometiéndose a pruebas que
determinarán si su enfermedad responde al 'síndrome del hombre lobo' o
hipertricosis. Mientras tanto, se prepara para afrontar una serie de
operaciones de cirugía y unas 20 sesiones de terapia láser que le mantendrán
casi dos años entre especialistas. «La gente se está portando fenomenal con
nosotros. Nunca hubiéramos podido hacernos cargo, pero entre el hospital y las
donaciones nuestra niña podrá ser operada», comentó a EFE, feliz, el padre de
Bithi, Abdur Razzak, que se gana la vida como conductor en un pueblo del
distrito central de Tangail.
Costoso tratamiento
Abdur lo tuvo claro desde el principio. Mucho peor que
el tupido vello que convirtió a su hija en una suerte de bicho raro, fueron sus
pechos, de 2,5 kilos de peso cada uno, que le aparecieron el año pasado, que le
causan fuertes dolores y, en fin, que le obligaron a abandonar el colegio. Las
encías superiores le molestan aunque no le impiden comer y la chica incluso
bromea con que le gusta mucho la carne, que puede masticar gracias a que sus
dientes inferiores no están cubiertos.
«Los médicos nos han dicho que todo irá bien. Si Alá
quiere, todo mejorará. Esto nos va a dar tranquilidad», deseó Razzak,
acompañado de su esposa, Beauty, y los otros dos vástagos del matrimonio, que
jugaban junto a su hermana Bithi en la cama del hospital. Según el doctor Shahjada
Selim, responsable del Departamento de Endocrinología del centro, la niña se
someterá a cirugía en encías y pechos en los próximos días y la eliminación del
vello se está haciendo a través de un centro especializado.
El coste total de las operaciones, agregó Selim, ronda
los 12.000 dólares, una parte de los cuales están siendo aportados por donantes
privados como una empresa de Bangladesh y ciudadanos bangladesíes residentes en
el extranjero. «La mutación genética que sufrió la paciente fue intrauterina.
Tiene casi todos los síntomas del 'síndrome del hombre lobo', salvo el problema
de las encías, que es algo insólito», dijo el responsable médico. ABC
El caso de la «niña lobo» recuerda al de su
compatriota Abul Bajandar, un joven afectado por la extraña enfermedad del
'hombre árbol' que pasó una década visitando curanderos y supuestos expertos
hasta que, meses atrás, recaló en un hospital de Dacca. Los cirujanos han
logrado ya extirpar algunas de las verrugas con apariencia de cortezas de árbol
que tiene Abul en manos y pies. Ahora es el turno de Bithi, que cuenta los días
para que su vida vuelva a ser lo más normal posible. ABC - EFE
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